En Sevilla ha triunfado el equilibrio. La capital andaluza tendrá en 2010 una torre de 178 metros de altura sobre una planta elíptica obra del arquitecto argentino César Pelli. El consejo de administración de Puerto Triana, sociedad formada por las dos cajas de ahorros sevillanas que están en proceso de fusión para convertirse en Cajasol, decidió ayer que el proyecto de Pelli se convertirá en su imagen.
El rascacielos, recubierto de cristal y con un mirador abierto al público, nace con vocación de estrella y brillará «como una antorcha en la noche», dijo su autor cuando lo defendió ante los promotores, los representantes de las cajas El Monte y San Fernando.
La propuesta del estudio norteamericano Pelli Clarke Pelli Architects es «la solución más equilibrada», precisó ayer en Sevilla el presidente de El Monte, Antonio Pulido. También es la más barata: 177 millones de euros, frente a los 204 millones que hubiese costado el otro proyecto finalista, el del estudio norteamericano Arquitectónica que encabeza el peruano Bernardo Fort-Brescia. Por el camino se han quedado las ideas del japonés Isozaki, el madrileño Alejandro Zaera y los franceses Valode & Pistre. Aunque, en palabras de Pulido, «el aspecto económico no ha sido lo más determinante».
«Desde que surgió esta oportunidad me puse a trabajar en el diseño con muchísimo entusiasmo. Será maravilloso poder tener una obra en Sevilla, que es una ciudad mágica», comentó ayer César Pelli por teléfono desde su estudio en New Haven (Connecticut) al conocer la noticia de que su proyecto había resultado elegido. Pelli, que nació en Tucumán (Argentina) hace 80 años y tiene la nacionalidad estadounidense, es el autor de las Torres Petronas en Malaisia y en España tiene otras dos obras en marcha, en Bilbao y en Madrid.
«Es una torre de planta elíptica que va adelgazando a medida que se eleva hacia el cielo y guarda una proporción respetuosa con la Giralda, es poco más de una vez y media su altura. Para nosotros, decidir la altura ha sido lo más importante del proyecto. Debía de ser, claramente, un edificio alto; no podíamos hacer algo que se confundiese con el paisaje actual. Pero tampoco podíamos ir muchísimo más allá y que la ciudad se quedara atrás», explicó ayer Pelli, en cuyo estudio, con sedes en New Haven y Nueva York, trabajan unos 90 arquitectos.
«La Giralda es la imagen más fuerte que les queda a los que visitan Sevilla y, por lo que conozco, también lo es para los sevillanos. Es el elemento vertical que ha marcado la ciudad. No se puede construir en Sevilla sin guardar el debido respeto a su historia y, a la vez, tenerlo también por la forma que la ciudad va a adoptar en el futuro», comenta el arquitecto. En su afán por evitar un enfrentamiento formal con la Giralda, una torre de 97 metros que se levantó como alminar de la mezquita nueva en el siglo XII y se amplió en el Renacimiento, Pelli ha presentado para el solar de Puerto Triana un proyecto que, a pesar de sus 178 metros, «no compite con la Giralda», de momento la torre más alta de Andalucía. «Por eso pensé que debía ser un gesto muy simple, amable; un edificio que fuera alto y, sin duda, importante, pero que guardara cierta relación con el icono de Sevilla», comenta el arquitecto, quien añade que, curiosamente, las oficinas que usó mientras construía el Centro de Artes Escénicas en Miami están en una torre inspirada en la Giralda.
El nuevo rascacielos, que con sus 40 plantas en alturas y tres soterradas tendrá una edificabilidad máxima de 68.000 metros cuadrados, se levantará en la zona sur de la Isla de la Cartuja, en un solar de 41.000 metros cuadrados, y contará con un aparcamiento para 3.000 vehículos. Además, se coronará con un mirador que, en opinión de Pelli, se convertirá «en una atracción turística».
El edificio será la imagen y la «sede operativa», en palabras del futuro presidente de Cajasol, Antonio Pulido, de la nueva entidad financiera. El coste total de la operación será de unos 250 millones de euros. El gerente de Puerto Triana, Carlos López, explicó ayer que económicamente es un proyecto viable: «Hasta el final de la construcción se obtendría un valor de venta con la rentabilidad del mercado inmobiliario (de 6,5 a 8,5%). En 20 años se habrá amortizado el total de la inversión».
César Pelli pone el énfasis en el uso lúdico del área de servicios. «Hemos repartido los metros útiles entre la torre y dos edificios bajos, para reducir su volumen y hacerla más esbelta. El resultado será una calle de similares proporciones a las del centro de Sevilla, que incluso se cubrirá con toldos en los meses de calor, además de una pequeña plaza, un parque con naranjos, cafés y sitios para el esparcimiento de la gente», explica el arquitecto, quien, en definitiva, nunca ha olvidado su primer proyecto en 1950, una promoción de viviendas en un barrio obrero de Tucumán, su ciudad: «Uno siente que está haciendo algo de valor, algo que va más allá del valor del edificio».
Categorías
-
There is nothing to show here!Make sure to add slides to the slider