El Ayuntamiento de Gandia ha iniciado el expediente para la «protección parcial» del edificio conocido como La Tasa, una finca construida en los años 30 y diseñada por el arquitecto madrileño Alfonso Fungairiño, que en su época rompió con la arquitectura mediterránea tradicional mediante el empleo de materiales novedosos, como la estructura de hierro, y una composición volumétrica y tratamiento de la fachada que evocaban los movimientos estéticos más avanzados del momento. La finca se encuentra situada en el cruce entre las avenidas d’Alacant y del Grau, y destaca por su singularidad volumétrica y su fachada, recientemente rehabilitada. En la última rehabilitación del edificio, el Ayuntamiento instaló varias oficinas municipales en un local situado en los bajos. Un informe, elaborado por el arquitecto Iñaki Belda, destaca la singularidad del edificio y su valor histórico, artístico y cultural. Según el expediente, Fungairiño evoca en el diseño de La Tasa el lenguaje arquitectónico empleado en el Edificio Capitol (1931-33), el Cine Barceló (1930) de Gutiérrez Soto, o la Gasolinera de Petróleos de Porto Pi (1927) de Fernández Shaw. La nueva catalogación de la finca permitirá preservar la volumetría, composición de fachadas, la estructura de acero roblonada, y la marquesina del edificio original, y mantendrá sus actuales usos.