Allá por 2050 los edificios serán bajos, con techos alargados y rematados con varias puntas por los lados, con paredes de cristal para aprovechar la luz natural, tendrán molinos de viento cerca y paneles solares para generar su propia electricidad y contarán en su interior con ingenios tales como “sensores de confort” y “sensores de ocupación”. Al menos, así lo imagina Siemens que acaba de abrir a orillas del río Támesis, en Londres, una suerte de centro cultural desde donde soñar cómo serán las ciudades del futuro.
Según la empresa alemana, el edificio, bautizado The Crystal, es “uno de los más sostenibles del mundo” y pretende dar ejemplo a sus visitantes que llegarán ante sus puertas en busca de soluciones para las ciudades del futuro. Desde alcaldes hasta colegios, comunidades de vecinos o ciudadanos individuales serán bienvenidos al edificio que se distribuye en dos partes. Por un lado, una exposición muestra los retos a los que se enfrentan las ciudades en los años venideros; por primera vez en la historia de la humanidad hay más personas viviendo en las ciudades que fuera de ellas, proporción que se incrementará en los próximos años, pasando de los 3,5 billones de habitantes en 2007 a los 4,7 previstos para 2030, lo que supondrá más de un 60% de la población total.
La otra parte del edificio son salas de conferencias donde se reunirán expertos de todo el mundo para tratar los problemas y encontrar soluciones. El pasado 20 de septiembre, la primera conferencia reunió a alcaldes y planificadores urbanos de todo el mundo bajo la bandera de ONU Hábitat, el programa de Naciones Unidas para los asentamientos humanos.
La imparable realidad de una continua migración de población a las ciudades está teniendo serias consecuencias sobre el medio ambiente. Las ciudades generan el 80% del CO2 que se emite a la atmósfera y los edificios consumen el 40% de toda la energía que se produce y suponen el 21% de las emisiones de CO2 a la atmósfera, según la Agencia Internacional de Energía.
Siemens ha querido crear un recinto totalmente sostenible y eficiente que inspire a sus visitantes y que incremente su clientela con nuevas ciudades que se decidan a implementar sistemas inteligentes de gestión urbana, lo que comercializa la empresa alemana.
El edificio, que ha costado 36 millones de euros, da ejemplo de algunos de ellos:
Un sistema de ventilación de baja energía: Siempre que el tiempo lo permita el edificio mantendrá una aireación natural gracias a los ventiladores motorizados situados en el tejado y la fachada del edificio. De esta forma se evita el uso del aire acondicionado al máximo. El sistema está diseñado para extraer el calor del edificio en los días más calurosos y realizar el proceso inverso los días más fríos.
Un sistema eléctrico y energético inteligente: Gran parte de la energía eléctrica necesaria para el funcionamiento del edifico se produce mediante paneles solares fotovoltaicos situados en el tejado del edificio y es gestionada por un centro de energía inteligente que permite monitorizar cada uno de los kilovatios de electricidad que se generan y se utilizan para, por ejemplo, calentar o enfriar el agua utilizada en baños, restaurantes, etcétera. Este control exhaustivo y constante permite asegurar los ratios de eficiencia del sistema.
Recolección de agua de lluvia y reciclaje de aguas residuales: En The Crystal el agua de lluvia se recoge y trata permitiendo su consumo como agua potable. Además, una planta de reciclaje de aguas residuales permitirá la reutilización del 100% del agua del edificio para su uso en los retretes, sistemas de riego, etcétera.
Un sistema de calefacción eficiente: Una bomba de calor en el suelo proveerá al edificio del 100% de la calefacción. El calor se extrae desde el suelo hacia el edificio en los días más fríos, mientras que el sistema realiza el proceso contrario en los días más cálidos, absorbiendo el calor del edificio y llevándolo hacia el suelo del mismo. También los tejados y fachadas están diseñados y aislados de tal modo que aprovechan al máximo el calor proveniente del sol.
Un entorno sostenible con jardín comunitario: Las plantas y árboles de The Crystal han sido seleccionadas para mantener un gasto de agua mínimo. Además, la existencia de un jardín comunitario permitirá la creación de cultivos propios y servirá a modo de centro de educación ambiental.
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